Hace de algunos años, tuvimos la oportunidad de asistir a un taller en Dallas, Texas, dedicado al crecimiento y escalamiento de empresas. Este taller al que nos invitó Daniel Marcos de Growth Insitute, basado en la metodología de Scaling Up, diseñada por Verne Harnish, nos brindó herramientas valiosas para transformar nuestra empresa. Fue una experiencia enriquecedora en la que adquirimos conocimientos fundamentales para mejorar nuestros procesos, estrategias y liderazgo. Sin embargo, lo que más ha marcado nuestras vidas y nuestra manera de ver los negocios no provino del contenido del taller ni de las dinámicas realizadas en el evento, sino de una sencilla interacción con un mesero en el restaurante del hotel donde nos hospedábamos.
Esta lección inesperada se ha convertido en una guía práctica que seguimos aplicando tanto en el ámbito empresarial como en el personal.
Un Taller Transformador, una Lección Inesperada
El taller de Scaling Up al que asistimos estaba diseñado para ayudar a empresarios y líderes a escalar sus negocios de manera eficiente y sostenible. Junto a mi padre y mi hermano mayor, socios de la empresa, llegamos a este evento motivados por el deseo de llevar nuestra organización al siguiente nivel tras los desafíos que dejó la pandemia de COVID-19.
Durante las sesiones, aprendimos sobre la importancia de la planificación estratégica, la selección de prioridades y el desarrollo de equipos de alto rendimiento. Las herramientas y las ideas de Scaling Up eran prácticas y aplicables, pero lo que realmente resonó con nosotros ocurrió fuera del salón de conferencias, cuando nos encontrábamos cenando al final del primer día.
La Mesa Desequilibrada
Esa noche, mi padre, mi hermano y yo nos sentamos en una mesa del restaurante del hotel para reflexionar sobre lo aprendido en el día. Sin embargo, la mesa en la que estábamos no estaba nivelada; cada vez que alguien apoyaba los codos o movía un plato, el balance se perdía y la incomodidad era evidente.
Decidimos arreglarla. Probamos colocando servilletas dobladas bajo las patas y ajustándola de diferentes formas. Pedimos ayuda a varios meseros, pero ninguno logró solucionar el problema. Después de varios intentos frustrados, estábamos tan concentrados en arreglar la mesa que olvidamos el propósito de nuestra reunión.
Entonces, llegó un mesero y nos observó en silencio por un momento. Con calma, nos dijo: “¿Por qué no mejor se cambian de mesa?”
Una Lección de Vida y Negocios
Esa sencilla sugerencia nos golpeó como un rayo. Durante un buen rato habíamos intentado resolver un problema que no tenía una solución práctica, cuando la respuesta más simple y efectiva era cambiar nuestra perspectiva: movernos a otra mesa.
Este momento nos llevó a reflexionar profundamente sobre cómo enfrentamos problemas en la vida y en los negocios. A menudo nos enfrascamos tratando de corregir lo que no puede ser arreglado, ya sea un proceso ineficiente, una relación complicada, un empleado que no encaja en el equipo o incluso un modelo de negocio que ya no es viable. Insistimos, invertimos tiempo, energía y recursos en buscar soluciones, pero a veces lo más sabio es detenerse, evaluar y tomar una decisión radical: cambiar de mesa.
El Poder de Soltar y Avanzar
En los negocios, nos encontramos constantemente con problemas que parecen inamovibles. Tal vez es un proyecto que no avanza, una estrategia que no genera los resultados esperados o un equipo que no logra alinearse con los objetivos de la empresa. La tendencia natural es seguir intentándolo, convencidos de que, con más esfuerzo, eventualmente lograremos resolverlo.
Sin embargo, esta experiencia nos enseñó que hay momentos en los que es necesario soltar. Cambiar de mesa no significa rendirse; significa reconocer que hay situaciones donde es mejor dejar de invertir energía en algo que no puede ser reparado y buscar un nuevo camino.
En nuestro caso, después de este aprendizaje, comenzamos a aplicar esta mentalidad en nuestra empresa. Cuando algo no funcionaba, en lugar de obsesionarnos con encontrar una solución, evaluábamos si valía la pena seguir intentando o si era mejor dejarlo atrás y movernos hacia adelante, en palabras de Patrick Bet-David, en su obra Your Next Five Moves: Master the Art of Business Strategy, Mantentenernos centrados a pesar de la incertidumbre: Hacer las paces con la Ley de Murphy, admitir la derrota aceptando pequeñas pérdidas e identificandonuestros próximos tres (o más) pasos.
Aplicaciones Prácticas de la Lección
Evaluar Relaciones Laborales: Nos dimos cuenta de que mantener a un empleado que no estaba alineado con los valores de la empresa era como intentar arreglar una mesa desequilibrada. Aprendimos a identificar cuándo era mejor separar caminos de manera respetuosa y enfocarnos en construir un equipo más cohesivo.
Procesos y Sistemas: En varias ocasiones, nos encontramos con procesos que simplemente no eran eficientes. En lugar de intentar perfeccionarlos una y otra vez, optamos por diseñar nuevos sistemas desde cero, lo que resultó en mejoras significativas en productividad.
Estrategias de Negocio: Algunas iniciativas que implementamos tras la pandemia no dieron los resultados esperados. En lugar de insistir en su éxito, decidimos abandonarlas y redirigir nuestros esfuerzos hacia estrategias más prometedor.
Vida Personal: Esta lección no solo se aplica al ámbito empresarial, sino también a la vida personal. Aprendí a soltar relaciones o situaciones que no contribuían a mi bienestar emocional, enfocándonos en construir un entorno más positivo.
Claves para Saber Cuándo Cambiar de Mesa
El mesero nos dejó una gran lección, pero también comprendimos que decidir cuándo cambiar de mesa no siempre es fácil. Aquí hay algunas preguntas que pueden ayudar en este proceso:
¿Estoy invirtiendo tiempo y recursos en este problema sin ver resultados significativos?
¿El esfuerzo por corregir esta situación está afectando otras áreas importantes de mi vida o negocio?
¿Existe una alternativa más simple o efectiva que no he considerado?
¿Estoy aferrándome a esto por miedo al cambio o por compromiso con el pasado?
Responder honestamente a estas preguntas puede dar claridad sobre si es momento de soltar y buscar una nueva dirección.
Una Perspectiva hacia el Futuro
Esa noche en el restaurante, decidimos cambiar de mesa. Inmediatamente, la incomodidad desapareció y pudimos enfocarnos en nuestra conversación y en los aprendizajes del día. Esta experiencia se convirtió en una metáfora que seguimos aplicando hasta hoy: cambiar de mesa nos permite liberarnos de problemas innecesarios, obtener claridad y avanzar hacia el futuro con mayor enfoque.
En los negocios, como en la vida, a veces estamos tan ocupados intentando corregir lo que no funciona que olvidamos que el cambio puede ser la mejor solución. Gracias a la lección de un mesero en Dallas, hemos aprendido a tomar decisiones con mayor sabiduría, sabiendo que, en ocasiones, la solución no está en arreglar, sino en movernos hacia adelante.
Conclusión
La enseñanza más valiosa no siempre proviene de los libros, talleres o expertos. A veces, las lecciones más profundas llegan de los lugares más inesperados, como una mesa desequilibrada en un restaurante.
En la vida y los negocios, hay momentos para trabajar duro en la resolución de problemas, pero también hay momentos para soltar, aceptar que no todo puede ser arreglado y buscar nuevas oportunidades. Cambiar de mesa no es un acto de derrota, sino una decisión estratégica que nos permite avanzar hacia un futuro más prometedor.
¿Estás dispuesto a cambiar de mesa para encontrar el equilibrio que necesitas en 2025?
Bibliografía
Harnish, Verne. Scaling Up: How a Few Companies Make It... and Why the Rest Don’t. Gazelles, Inc., 2014.
Bet-David, Patrick. Your Next Five Moves: Master the Art of Business Strategy (English Edition). Gallery Books, Kindle Edition, 2020
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